Una Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) es una infraestructura crucial que desempeña un papel fundamental para nuestro día a día. Con ella, se asegura el suministro de agua potable segura para nuestras comunidades. Estas plantas emplean diversos procesos para convertir el agua cruda en agua potable, libre de impurezas y contaminantes.
En Càrdinal Tècnics hemos desarrollado diferentes proyectos como oficina técnica en ETAP, por lo que hoy queremos entrar en detalle en el funcionamiento de la misma y los principales procesos involucrados.
Empezamos por el principio, ¿cómo se capta el agua?
El sistema de captación es el primer paso en el proceso de tratamiento de agua en una ETAP. En esta etapa, el agua cruda se recoge de diversas fuentes naturales y se transporta hasta la planta mediante canales, acueductos o tuberías.
Los pasos clave del sistema de captación son:
1. Cribado y desarenado:
El agua cruda puede contener materiales sólidos, como hojas, ramas, piedras y arena. Para eliminar estas partículas más grandes, el agua se somete a un proceso de cribado, donde se utilizan mallas o rejillas para retener los objetos no deseados. Posteriormente, se realiza el desarenado para eliminar partículas de arena y sedimentos más gruesos que podrían dañar los equipos y procesos posteriores.
2. Almacenamiento y homogeneización:
Tras el cribado y desarenado, el agua se almacena en grandes tanques para lograr una homogeneización adecuada del caudal y la calidad del agua. Esta etapa es esencial para garantizar un flujo constante y uniforme durante todo el proceso de tratamiento.
Segundo paso, ultrafiltración:
La ultrafiltración es un proceso avanzado de tratamiento que utiliza membranas semipermeables para eliminar partículas, bacterias y virus más pequeños que los filtros convencionales. Este proceso mejora significativamente la calidad del agua tratada y sus fases se dividen en:
1. Membranas de ultrafiltración:
El agua almacenada previamente pasa a través de módulos de ultrafiltración que contienen membranas semipermeables con poros microscópicos. Estas membranas permiten que el agua pase mientras retienen partículas más grandes, bacterias y virus. La ultrafiltración es altamente efectiva para eliminar impurezas suspendidas y microorganismos patógenos, lo que resulta en agua de alta calidad.
2. Lavado de membranas:
Con el tiempo, las membranas pueden acumular sedimentos y partículas que afectan su eficiencia. Para mantener un rendimiento óptimo, las membranas se someten a un proceso de lavado periódico. Este lavado se realiza mediante un flujo inverso de agua que elimina las impurezas y restaura la permeabilidad de las membranas.
Seguimos tratando el agua con osmosis:
La etapa de osmosis inversa es otro proceso avanzado de tratamiento que se utiliza para eliminar iones, sales y compuestos químicos disueltos en el agua. Es especialmente útil para desalinizar agua de mar o tratar aguas con alta concentración de sales.
El agua tratada previamente se somete a membranas de osmosis inversa, que son aún más finas que las de ultrafiltración. Estas membranas permiten que solo las moléculas de agua pura pasen a través de ellas, mientras retienen los iones y sales disueltos. Como resultado, se obtiene agua purificada con una baja concentración de sales y compuestos.
Pasamos a la remineralización para que sea apta para la salud:
El proceso de osmosis inversa puede eliminar no solo impurezas, sino también algunos minerales esenciales para la salud. La etapa de remineralización se implementa para agregar minerales beneficiosos nuevamente al agua tratada.
Antes de finalizar el proceso, se ajusta el pH del agua tratada para asegurar que esté dentro de los niveles adecuados. Además, se agrega una pequeña cantidad de minerales esenciales, como calcio y magnesio, para mejorar la calidad y sabor del agua.